Bajar de peso puede ser abrumador. Con tantas dietas, programas y planes de “resultados rápidos”, es difícil saber qué opción es la mejor para ti. La verdad es que no existe un plan estándar. Cada cuerpo es diferente, y lo que funciona para alguien más puede no encajar con tu estilo de vida o tus objetivos.
La buena noticia es que puedes crear tu propio plan para bajar de peso de forma saludable y sostenible, sin reglas estrictas ni plazos imposibles. En esta guía, te mostraremos los pasos sencillos a seguir para moverte, alimentarte y vivir de una forma que te ayude a alcanzar tu objetivo y disfrutar del proceso.
¿Cuál es la mejor manera de bajar de peso de forma segura?
Es fácil pensar que cuanto más rápido, mejor. Pero cuando se trata de bajar de peso, ir deprisa suele jugar en tu contra. Perder peso muy rápido puede ralentizar tu metabolismo, aumentar la fatiga y dificultar mantener los resultados a largo plazo.
La mejor manera de bajar de peso con seguridad es centrarse en hábitos que puedas mantener en el tiempo. Una rutina saludable equilibra tres aspectos: ejercicio regular, alimentación nutritiva y descanso adecuado. Estos tres factores trabajan juntos para ayudarte a quemar grasa y mantener tu energía y ánimo estables.
Si no sabes por dónde empezar, aquí te explicamos cómo crear un plan que se adapte a tu ritmo de vida y te acerque a tus metas.

Cómo entrenar para bajar de peso
Mover tu cuerpo es una de las formas más efectivas de perder peso. No solo por las calorías que quemas, sino porque el ejercicio protege tus músculos, favorece tu metabolismo y mejora tu estado de ánimo.
No hace falta entrenar todos los días ni seguir un plan estricto. El mejor entrenamiento para perder peso es el que encaja con tu rutina.
Combina fuerza y cardio
El entrenamiento de fuerza y el cardio cumplen funciones diferentes en la pérdida de peso, y combinarlos hace que tus sesiones sean mucho más efectivas.
El entrenamiento de fuerza te ayuda a ganar y mantener músculo mientras reduces grasa. Cuanto más músculo tienes, más energía quema tu cuerpo, incluso en reposo. Intenta hacer entre 2 y 3 sesiones de fuerza a la semana.
El cardio mejora tu corazón, tus pulmones y tu resistencia. Prueba actividades como caminar a paso rápido, montar en bici, bailar o usar las máquinas de cardio en el gimnasio. Comienza a un ritmo constante y, cuando te sientas cómodo, añade ráfagas cortas de mayor intensidad.
Ejemplo de plan semanal de entrenamiento para perder peso
| Day | Workout focus | Example session |
|---|---|---|
| Lunes | Fuerzas | Entrenamiento full-body con máquinas o pesas libres – 45 min |
| Martes | Cardio | Caminar rápido, correr o ir en bici – 30 a 45 min |
| Miércoles | Descanso activo | Estiramientos o sesión de yoga – 20 min |
| Jueves | Fuerza | Entrenamiento de tren inferior – 45 min |
| Viernes | Cardio | HIIT o clase de baile – 30 min |
| Sábado | Fuerza | Entrenamiento de tren superior – 45 min |
| Domingo | Descanso | Paseo tranquilo o movilidad – opcional |
Si estás empezando o tienes alguna condición médica, adapta la cantidad y duración de las sesiones a tu nivel. Lo más importante es mantener la constancia a largo plazo.
Qué comer para bajar de peso de forma saludable
No existe un alimento mágico ni una dieta que funcione para todo el mundo. Pero algunos hábitos sencillos pueden ayudarte a perder peso sin quedarte sin energía. El objetivo es comer de forma que te sientas saciado, tengas energía para entrenar y te recuperes bien.

Prioriza alimentos integrales
Si quieres bajar de peso, la calidad de tus calorías importa tanto como la cantidad. Comer alimentos naturales como verduras, cereales integrales y proteínas te ayuda a saciarte y a controlar las porciones sin sentirte limitado.
Empieza con algo sencillo como el método del plato:
- Llena la mitad de tu plato con verduras o ensalada
- Reserva un cuarto para una fuente de proteína (como pollo, tofu, huevos o legumbres)
- Usa el último cuarto para carbohidratos saludables (como arroz integral, avena o pan integral)
- Añade una pequeña porción de grasa saludable (como aceite de oliva, aguacate o frutos secos)
Este enfoque te ayuda a mantenerte saciado, controlar las porciones de forma natural y tener energía constante durante el día.

Consume suficiente proteína
La proteína es esencial para tu cuerpo. Cada célula, tejido y músculo la necesita para crecer, repararse y mantenerse fuerte. Además, hace que las comidas sean más saciantes y ayuda a reducir los antojos.
Intenta incluir alguna fuente de proteína en cada comida. Por ejemplo:
- Huevos
- Pollo o pescado
- Tofu o tempeh
- Legumbres como alubias y lentejas
- Yogur griego o queso fresco batido
Como regla general, procura consumir entre 1,2 y 1,6 gramos de proteína por kilo de peso corporal al día. Si tienes alguna condición médica, consulta con tu médico antes de cambiar tu ingesta.

Elige bien tus bebidas
Las calorías líquidas se acumulan rápido, especialmente si vienen de bebidas azucaradas como refrescos, zumos o cafés endulzados. Además, normalmente no sacian y hacen que te vuelva a entrar hambre enseguida.
En su lugar, apuesta por:
- Agua (sola o con limón, menta o pepino)
- Agua con gas (puede ser con sabor, pero sin azúcar)
- Café solo
- Té sin azúcar (caliente o frío)
- Batidos de proteínas (como parte de una comida o merienda)
Intenta beber entre 30 y 35 ml de agua por kilo de peso corporal al día. Estar bien hidratado favorece la recuperación, la digestión y la concentración, sobre todo si entrenas con frecuencia.

Come suficiente fibra
La fibra ayuda a controlar el apetito, mejora la digestión y estabiliza el azúcar en sangre. Intenta consumir unos 30 gramos al día.
Alimentos ricos en fibra que puedes incluir:
- Verduras como brócoli, zanahoria, espinacas o coles de Bruselas
- Frutas como manzanas, peras, frambuesas o plátanos
- Legumbres como alubias, lentejas o garbanzos
- Cereales integrales como avena, arroz integral, pan integral o cebada

Cómo afectan el sueño y el estrés a tu progreso
El entrenamiento y la alimentación suelen ser el foco de atención, pero el sueño y el estrés también son clave. Dormir mal o vivir con estrés constante puede dificultar controlar el hambre, mantener la motivación y recuperarte tras entrenar.
Dormir bien ayuda a tu cuerpo a reiniciarse. Si no duermes lo suficiente, suben las hormonas del hambre y baja tu energía, lo que hace más difícil mantener la constancia. Lo ideal es dormir entre 7 y 9 horas cada noche y mantener una rutina regular.
El estrés también influye. Cuando estás bajo presión, tu cuerpo libera cortisol (la hormona del estrés), lo que aumenta los antojos, baja tu motivación y ralentiza la recuperación. Cosas sencillas como dar un paseo, estirarte o respirar profundo pueden ayudarte a reducir el estrés y avanzar hacia tu objetivo.

Sigue tu progreso y mantén la constancia
Lo más difícil de un proceso de pérdida de peso es ser constante en el tiempo. Hacer seguimiento y planificar con antelación te ayuda a mantener la disciplina, incluso cuando la motivación es baja.
Si registras tus entrenamientos y avances, verás cómo tus esfuerzos suman. Esa sensación de progreso mejora tu confianza y refuerza hábitos positivos, lo que facilita seguir con tu rutina.
Hacer seguimiento también te hace más consciente y comprometido con tus decisiones, ayudándote a mantenerte alineado con tus metas.
Para hacerlo más fácil, la app de Basic-Fit te da herramientas sencillas para mantener tu rutina:
- Ver tu progreso de peso a lo largo del tiempo
- Seguir planes ya hechos, como “Bajar de peso y sentirse en forma”, o crear tu propia rutina
- Recibir consejos e información nutricional para mantener el rumbo
- Explorar cientos de recetas saludables que se adaptan a tu objetivo
Conclusion
No existe un plan “estándar” para perder peso que funcione para todo el mundo, y eso es algo bueno. Lo más saludable es lo que encaja con tu estilo de vida.
Si te centras en alimentos naturales, moverte con regularidad, dormir bien y tener objetivos realistas, crearás hábitos que podrás mantener a largo plazo.
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